domingo, 22 de abril de 2012

Alexander, The Great


En la vida todo es cuestión de pensar en grande y adaptarse a los cambios. Pero creo que aún es más importante impulsar nosotros mismos esos cambios. Siempre que una no se siente cómoda con una determinada situación o momento de la vida, es importante pararse a pensar: qué es lo que no me hace bien? Cómo puedo hacer para proponer un cambio?. Obviamente que nunca podemos garantizar el éxito de lo que vamos a emprender, pero sólo el hecho de arriesgarnos y enfrentar una situación nueva nos hace aprender y crecer como personas.

Toda esta introducción para hablar sobre una marca que creo que ha hecho un cambio significativamente positivo en su manera de ver a la mujer. Hasta hace muy poco tiempo, Alexander McQueen era para mí una casa de vanguardia. De la cual veía las colecciones y desfiles, admiraba sus diseños, pero no dejaba de verlos como una total irrealidad y completamente fuera de mi alcance para usarlos. Siempre me hacía la misma pregunta, en qué situación podría usar un vestido así?

Admito que volvió mi inquietud por revisar las últimas colecciones de la marca luego de ver el increíble vestido que vistió Pippa Middlenton en la última boda real. Me parece que su concepción de la mujer ha cambiado. Al mirar las fotos, en primera instancia no sólo no llama la atención el vestido, sino que resulta ser un complemento ideal para destacar la belleza que tiene Pippa. Ahora si me siento identificada con su colección. Entonces,  ese es el verdadero rol de la moda: desde lo simple y sencillo, hacer sentir a la mujer una reina (en ese caso, la hermana de la futura reina de Inglaterra). Pero todas podemos sentirnos así, incluso todos los días.  No se necesitan los mejores zapatos de 10 o 15 centimetros, ni siquiera un vestido de 3000 euros. Depende de llevar con convicción y seguridad lo que decidimos ponernos. Volver a lo simple, a destacar nuestras cualidades de belleza.

Todos los días tenemos la posibilidad de hacer un cambio, aunque sea mínimo. De hecho puede ser imperceptible para todo el mundo. No tiene que suceder nada tan drástico como sucedió con la casa de Alexander McQueen. Alguien una vez me dijo que cuando me levante a la mañana, piense al día cómo si fuese el más importante de mi vida. Y cómo me imagino ese día: pensando en grande, con un vestido y unos zapatos que me hagan sentir cómo una Reina. Creo que ese vestido es el de la nueva temporada de Alexander McQueen.

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